¿Cómo lidio con el desánimo? | Por Rick Warren
Qué se puede hacer cuando uno porta la enfermedad más letal del mundo? No, no es cáncer, ni polio, ni esclerosis, ni SIDA. Es el desánimo.
¿Por qué es tan temible la enfermedad del desánimo? Para empezar, porque es universal. Todos nos desanimamos. Yo me desanimo, usted se desanima, todos nosotros nos desanimamos. El desánimo es común. Aun el cristiano se desanima. En segundo lugar, porque es recurrente. Uno puede desanimarse en repetidas ocasiones. No es algo que se experimente una sola vez. Tercero, porque es altamente contagioso. Otros se pueden desanimar porque usted está desanimado.
¿Por qué se desanima la gente? La primera razón es por fatiga. La gente de Judá dijo: «Los cargadores desfallecen». En otras palabras, habían trabajado largas horas y estaban físicamente exhaustos. Estaban simplemente agotados, física y emocionalmente sin fuerzas.
En ocasiones se acercan las personas para recibir consejería pensando indebidamente que su desánimo es un problema espiritual. Y me dicen: «Tal vez necesito volver a dedicar mi vida al Señor». Pero el verdadero problema es que están gastados físicamente. Solo necesitan algo de descanso, reposo y renovación.
Hay sin embargo una segunda razón por la cual la gente se desanima. El pueblo dijo: «Pues son muchos los escombros; ¡no vamos a poder reconstruir esta muralla!» (Nehemias 4:10). Eso es frustración. Ellos estaban desaminados y frustrados. ¿Qué es el escombro? Estaban reedificando una muralla nueva, pero los escombros se encontraban por todas partes, además de tierra y cola reseca.
Cuando uno emprende un proyecto, seguro que se van a acumular los escombros, y se puede tornar muy frustrante. ¿Alguna vez ha ampliado una recámara o construido un edificio? De pronto usted nota montones de cemento por todas partes. O decide pintar un cuarto y se da cuenta de que hay más pintura por todas partes que en las paredes. Pareciera que la basura se multiplicara sola. Uno no puede evitar la basura en la vida, pero se puede aprender a reconocerla y se puede aprender qué hacer con aquello para no abandonar su plan inicial.
La tercera razón por que las personas se desaniman se expone en el versículo 10: «¡No vamos a poder reconstruir esta muralla!» ¿Sabe qué es lo que quisieron decir? «¡No podemos hacerlo! Es imposible. Tratar de hacerlo es una tontería. ¡Nos rendimos!» La tercera causa del desánimo es el fracaso.
¿Cuál es el antídoto para esta terrible enfermedad del desánimo? Fíjese lo que hizo Nehemías como sabio líder y hombre de Dios. Él supo lo que estaba desanimando al pueblo, de modo que, siguió los pasos para remediar la situación. Hay tres principios que lo ayudarán cuando sienta deseo de tirar la toalla y aquí están, en forma resumida: reorganizarse, acordarse y resistir.
Nehemías usó el principio de la reorganización: «Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos» (v. 13). Nehemías dijo: «Vamos a organizar esto bien. Vamos a implementar un sistema nuevo aquí. Ustedes para allá y ustedes quédense acá, y vamos a solucionar este problema».
1. El primer principio para conquistar el desánimo es éste: reorganice su vida. Cuando usted se desanime, no abandone sus metas. Más bien, busque otro plan. Cuando uno está desanimado, eso no significa necesariamente que esté haciendo lo incorrecto; puede estar haciendo lo correcto de manera incorrecta.
2. El segundo principio es : Acuérdese de su Señor. Note lo que dijo Nehemías: «Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: ¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible» (Nehemías 4:14). ¿Qué significa «acuérdense del Señor»? Esto es volver a comprometerse con él. Significa volver a dedicarse a él. Suplirse de su poder espiritual.
¿Qué específicamente recuerda? Tres cosas. Primero, recuerde la bondad de Dios para con usted en el pasado. Segundo, acuérdese de la proximidad de Dios en el presente. Tercero, acuérdese del poder de Dios para el futuro, él le dará las fuerzas que necesitará. Todo «lo puedo en Cristo» porque él me da fuerzas (Filipenses 4:13).
3. El tercer principio para vencer el desanimo es: Resistencia. Note lo que afirma Nehemías: «Peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares» (Nehemías 4:14b). ¿Qué dice Nehemías? «No se rindan ante el desánimo sin hacerle frente. Luchen contra él. Combátanlo. No se rindan ante él, sino resístanlo».
Tomado del libro Respuestas a las dificultades de la vida de Rick Warren. ISBN: 978-0-8297-5231-1 ©2002 por Editorial Vida. Usado con permiso de Editorial Vida.